Esta semana hemos profundizado en el problema de las canteras en los equipos de fútbol a raíz de la sanción al Barça y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). No creo que yo sea ni el primero ni el último en creer que el tráfico de talento deportivo ha traspasado muchos límites.
Estoy cansado de escuchar que no se pueden cambiar las cosas. Pero, antecediendo un gran cambio siempre hay un montón de gente que tenía el mismo discurso. Así que, quizás este ruido es la mejor señal. Nelson Mandela ya dijo que “todo parece imposible hasta que se hace”. Estamos en un momento especialmente interesante para generar los cambios. La crisis económica ha demostrado que, modelos que dábamos por sentado son inviables (el modelo financiero, el modelo de financiación autonómica, el sistema bancario, el modelo de gestión de las instituciones, el sistema de pensiones, etc…). Así que, o cambiamos o nos extinguimos.
El cambio en las canteras deportivas es imprescindible. Y ese cambio sólo tiene una dirección: Potenciar el desarrollo personal y educativo de los niños sobre el desarrollo deportivo. No son incompatibles. Simplemente han cambiado los roles y prácticamente se han independizado. Podemos entenderlo ahora o esperar para hacernos más daño. Y no hace falta inventar nada. Sólo hay que copiar a aquellos que lo hacen bien.
Una referencia en esta conexión educación-deporte está en EEUU. Cuando hablo de copiar no quiero ser literal porque hay que entender la idiosincrasia de cada país. Pero hay conceptos que se mantienen comunes en todas las culturas. El deporte, igual que la música, es una de esas cosas que tiene un lenguaje universal. Ya hay iniciativas que nos enseñan el camino. Y la mayoría al margen de las Federaciones Deportivas.
El hecho de que el Deporte y la Cultura caigan bajo el paraguas del Ministerio de Educación es lo suficientemente revelador como para entender la realidad y la naturalidad de la dependencia del Deporte respecto a la Educación. Y el hecho de que el Ministro de Educación parezca un invitado que no pega nada en ningún evento deportivo también envía un importante mensaje de que el mundo del deporte no se siente identificado con la educación. Pues ya es hora de que el dinosaurio (deporte) vea venir el meteorito. Y el Ministerio puede empezar a curar al enfermo o mantener la hemorragia hasta que pierda el sentido y se desangre hasta morir.
En mi opinión, una solución al problema de las canteras es vincularlas directamente a los colegios y a los institutos. Esto implica hacer una labor de preparación y concienciación en las instituciones educativas. Y por otro lado, es quitar la labor educativa a clubes e instituciones deportivas que no están preparadas para ello además de tener un conflicto de intereses como un camión. Creo que es mas sencillo que un profesor/educador adquiera un nivel deportivo mínimo a que un entrenador adquiera una capacidad/herramientas razonables para educar. El nivel deportivo debe aumentar en función de los programas y especializaciones de cada institución educativo/deportiva y su vinculación con el deporte profesional. Pero eso debe pasar en su debido momento. Veremos cuándo es ese momento en función del deporte y de la realidad competitiva. Pero, seguro que el momento no es con 12 años.
Un proverbio chino dice que el mejor momento para plantar un árbol es hace 20 años. Y el segundo mejor momento es ahora mismo. Puede parecer imposible. Pero sólo va a ser posible si nos ponemos a hacerlo. Mañana es mejor que pasado. ¡A currar!
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