Ya está. Ya ha ocurrido. Todos sabíamos lo que iba a pasar. La única pregunta era cuándo y la respuesta la tenemos hoy mismo. Acaban de despedir a Rafa Benítez como entrenador del Real Madrid. La verdad es que, tal y como se ha ido gestionando el club desde este punto de vista básicamente no había otra alternativa así que, no había que ser adivino. Pero nada de hacer más sangre sobre el tema. Este fin de semana en Expansión ya hemos hablado del problema de base del Real Madrid: ha perdido su cultura de club, le falta carácter y ahora va dando bandazos con un único criterio cortoplacista de marketing y de negocio.
El problema de esto es que llega un punto en el que el Real Madrid ha pasado de ser un creador de mercado a ser una víctima del mercado. Han echado al entrenador porque no tienen más remedio. La otra alternativa es tomar las riendas y reordenar la plantilla, cambiar las reglas en base a las cuales has contratado a los jugadores, reconsiderar la estrategia de marketing, reconstruir la cantera, retomar la relación con la afición, renegociar acuerdos y relaciones con agentes, clubes y otros stakeholders incluidos bancos e instituciones… en resumen, un follón tremendo con un plazo no precisamente corto.
Aunque ese follón tendría sentido si se sabe hacia dónde se va de forma que se pueda hacer un análisis de beneficios versus costes. Pero si no sabes hacia dónde te diriges porque no tienes una cultura, una misión ni un carácter definidos, te falta la primera parte de la ecuación. Con los antecedentes, los discursos y las actitudes que han predominado en estos úlitmos años, que un planteamiento así esté en la mente de los gestores es altamente improbable y casi incompatible con el equipo de gestión actual. Sería aceptar que no se hecho bien el trabajo desde hace tiempo. En fin, no podemos esperar milagros ¿no?
En el ámbito deportivo es especialmente común que un dolor sea simplemente un síntoma una lesión que se produce en otro lugar. Me explico, hay deportistas que se lesionan la espalda recurrentemente y resulta que el origen de sus problemas está en la pisada. Hay lesiones musculares en los cuadriceps e isquiotibiales que son la consecuencia de descompensaciones o de problemas alimenticios o de hidratación.
Quiero decir con esto que, muchas veces, el dolor no se produce en el lugar del origen del problema. Simplemente nos avisa de que algo va mal. Y si la solución que se le da es un analgésico o una infiltración para anestesiar… lo que estamos haciendo es empeorar el estado del enfermo y corremos el riesgo de cargarnos un gran talento por no tratar bien su problema. Lo podemos romper. El Real Madrid arregla estas “enfermedades” sustituyendo a los entrenadores. Parece claro que el problema no está ahí, pero siguen con las infiltraciones y los analgésicos.
Me parece interesante el la elección de Zidane como sustituto. Vaya faena que le han hecho al pobre. Porque, como dice Brotons, la solución no es Zidane, ni cualquier otro entrenador. La elección del entrenador es prácticamente irrelevante para el problema que tiene el club. Así que a Zidane le ha tocado la china porque, siguiendo con la estrategia actual, es lo que la afición y los jugadores ven con mejores ojos. Hasta que cualquier cosa haga que eso cambie. Y el Presidente que no para de meterse en lo que no sabe pero es el dueño del cortijo. Lo único que necesita es tener calmado el patio que son los jugadores y la afición. Precisamente los más volátiles e influenciables en todo esto.
Zidane ha entregado su futuro. Zidane ha perdido el control sobre su carrera de entrenador. Como lo perdieron Benítez o Ancelotti al aceptar el cargo sin capacidad de maniobra. Pero en este caso, Zidane no tiene un track-record que le permita tener una salida, capacidad de impacto o recursos suficientes para cambiar un rumbo que tiene una inercia tremenda. Desde la perspectiva de la dirección actual, de las posibilidades disponibles, Zidane es el parche menos malo. Él mismo ya dijo hace muy poco que sería precipitado y preferiría que esta oportunidad le llegara más tarde. Y tenía razón. Pero es lo que hay.
El problema es que ese futuro se lo ha entregado al gran ejecutor mundial de entrenadores (10 entrenadores en 12 años). Al que los utiliza como sacos de boxeo para recibir los golpes cuando toca explicar su incapacidad de crear un club que crezca por encima de las individualidades, del egocentrismo y de la falta de visión a largo plazo construida sobre valores arraigados que hemos perdido por el camino.
Por otro lado, Zidane tiene una cosa buena, es un tipo que cae bien, que evita los conflictos, que tiene carisma, que entiende bien lo que es un vestuario tan complicado como el del Real Madrid y que ha sido una súper estrella. Desde un punto de vista deportivo, la única manera que tiene para salir de esto airoso es implicando a los jugadores en un objetivo común. Ahora el blanco de la ira de la afición van a ser ellos si las cosas no se reorientan en los resultados. Así que los va a tener de su lado y, en estos momentos, puede ser suficiente para salvar los muebles en la actual temporada. Es egoísmo puro mezclado con instinto de supervivencia. Un cocktail muy poderoso. No se resuelve el problema pero se calman los dolores.
Zidane tiene mucho que perder y también mucho que ganar. No está preparado para hacer lo que hay que hacer y el entorno no es el adecuado para dejarle crecer así que su carrera de entrenador puede acabar casi antes de empezar. Por otro lado, tiene la oportunidad de utilizar esta situación para marcar un estilo y dar muestra de esa base de valores, carácter y cultura que debería tener el club. Teniedo a la plantilla y la directiva en el ojo del huracán, si gestiona bien su imagen y sus movimientos, puede ser ese caballo blanco sobre el que construir un futuro sensato y sostenible para un Real Madrid que está a punto de entrar en la UVI.
Mi opinión es que a Zidane le van a acompañar los resultados principalmente porque el sistema no le va a sabotear y sus futuros están ligados. No tengo claro de que sean espectaculares pero seguro que van a ser suficientes para la temporada 2015-2016. A partir de ahí, si Zidane entra en la “carrera de ratas” la temporada que viene, será otra víctima de un sistema que no hace prisioneros. Habremos vuelto a la casilla de salida devorando a un tipo espectacular.
Si no entra y hace un planteamiento a largo plazo apoyándose en todas sus bondades y poniéndolas al servicio de un club como el Real Madrid de manera que puedan capitalizarse, puede ser el eslabón que necesitaba esta cadena para comenzar un cambio que es imprescindible. Su oportunidad no es como entrenador, sino como el agente del cambio que necesita el club empezando por su posición.
Dicen que no hay viento favorable para el barco que no tiene puerto. Zidane se ha subido a ese barco. Mejor dicho, le han subido con su permiso. Ahora le toca decidir si se deja llevar o se erige como un buen capitán que poco a poco es capaz de sacarlo de la deriva.
Zidane no es una solución deportiva sostenible a largo plazo pero sí que puede ser la solución de carácter que necesita el club. El problema es que, para que lo sea, tendra que eliminar el conflicto que se va a generar ya que ese cambio es incompatible con el actual estilo marcado por el Presidente. Puede ser que Florentino haya metido la zorra en el gallinero sin darse cuenta. Si no es una zorra, ya es un cadáver cuando el que lo ha puesto decida quitarlo. Pero si lo es… va a ser interesante.
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