Cómo siento haber acertado la predicción del resultado de España en el mundial. Estuve en el Palacio de los Deportes viendo partido contra Francia y os prometo que, a medida que se acercaba el final, me iba apareciendo un dolor raro en el estómago que me hizo sentir fatal. Pero así es esto. Hay cosas que se ven venir y hay que decirlas por si se puede tomar medidas al respecto o al menos, para ayudarnos a entender situaciones que, a priori, parecen incomprensibles.
Esta semana hemos visto cómo el Presidente de Ferrari ha dimitido. Luca Cordero di Montezemolo llevaba 23 años en el cargo. En su salida, el Presidente del Grupo Fiat Chrysler (dueño de Ferrari) alababa la función realizada por Montezemolo y sus éxitos económicos y deportivos pero aseguraba que el cambio era necesario. Parece que unas de las declaraciones que han acelerado esta dimisión han sido las del propio Montezemolo diciendo que él es imprescindible en Ferrari. La contestación desde el CEO de Fiat fueron que nadie es imprescindible y que todos se deben a la empresa.
Ferrari le dedica más de 250 millones de euros al equipo de Fórmula 1. Es el mayor presupuesto del Circo y está teniendo una temporada horrible. Cuenta con el mejor piloto, los mejores recursos, la tradición más sólida, la afición más comprometida, el mayor nivel de conocimiento, un equipo técnico de referencia, las mejores instalaciones y las mayores apoyos… y resulta que no son capaces de pasar de un 5º puesto. Claro está que, cuando esto se vio venir, los resultados no llegaban a principio de temporada y se descubrió el pastel del desastre interno en Ferrari, tuvo que dimitir el director técnico Stefano Domenicali. Al dimitir, Domenicali dijo: “Hay momentos en la vida profesional de uno en la que debe tener el valor de tomar decisiones difíciles y sufridas. Es la hora de dar un cambio importante. Como jefe asumo la responsabilidad de la situación que estamos viviendo y se trata de una decisión tomada para dar un cambio radical a nuestro ambiente y por el bien de nuestro grupo al que estoy muy unido”. Ferrari está viviendo una temporada más que decepcionante.
Pero volvamos al baloncesto. Hemos vivido una súper decepción en el Mundial. Las tintas se han cargado contra Orenga. En mi opinión, Orenga tiene responsabilidad pero tiene la justa. Creo que Orenga ha hecho lo que ha podido. No tenía capacidad ni experiencia. No le puedes pedir a un pez que trepe un árbol. Simplemente no puede. Para mi, lo único que se le puede echar en cara a Orenga es no haber tenido la humildad de decir: “Muchas gracias por ofrecerme el cargo de seleccionador, pero se me hace grande. Es una responsabilidad que no puedo aceptar”. Y ahí se acaba la historia. Una vez que es el seleccionador… sólo se le puede exigir que dé el máximo. Y creo que es lo que ha hecho.
Entonces seguimos subiendo en la escalera. Tendrá responsabilidad el que le ha puesto ahí ¿no?. Hay un director técnico que es el que tiene la capacidad de identificar la capacidad de Orenga y asegurarse que es suficiente para un cargo tan importante como seleccionador en una cita tan importante como un Mundial en España. Ése es Ángel Palmi. Decisiones con este impacto tienen consecuencias. Y cagadas de este calibre no son inocuas. Por el bien del futuro del basket y en vista del resultado, imagino que esta toma de decisión debe ser reconsiderada y la dirección técnica que es la responsable, no puede echar balones fuera de forma que, como decía Domenicali, “tendrá que asumir la situación y provocar un cambio radical” que empieza por quitarse de en medio (agradeciéndole el trabajo hecho hasta la fecha, claro está).
Pero ¿esto para aquí?. Pues no, esto sigue subiendo. La decisión técnica de elegir a Orenga ha sido consensuada con el Presidente de la Federación de Baloncesto (FEB). Porque en esa Federación es bastante difícil que pase algo relevante sin la aquiescencia de José Luis Sáez. El Presidente podía decir: “Yo simplemente he respaldado a mi equipo técnico” y sacarse de encima la responsabilidad, pero es lo que tiene ser Presidente y ejecutivo… que tienes la responsabilidad de todo. Si tienes la capacidad de apoyar o vetar la elección del director técnico, tienes la responsabilidad de las consecuencias de esa elección. Y es muy difícil imaginar que la elección de Orenga fuera a pesar de la oposición de Sáez ¿verdad?. Pues, como le ha pasado a Montezemolo… aquí nadie es imprescindible. Un descalabro como el del Mundial es un buen momento para decir: ” gracias por unos resultados excepcionales en lo deportivo y en lo económico pero… es momento de marcharse”.
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